miércoles, 8 de septiembre de 2010

Háblame



Háblame al oído, cuéntame cuanta pasión te aborda, cuanto deseo te absorbe, cuantas ganas te enloquecen cuando estás cerca a mi.

Recorre mi cordura, habla con los dedos en la alfombra, escribe con la saliva que te brinda la vida, pero nunca dejes de descifrarme porque entre tanta pasión tienes las respuestas que en un día como hoy, necesito para sentir plena satisfacción de ser una pecadora ajena del recuerdo de tus pasos fuertes, de tu regazo donde siempre grité... ¡Olé!.

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