miércoles, 8 de septiembre de 2010

Enojos...


Le dije que cerrara los ojos, que saliera de esta ciudad por un rato, que cuando contara tres corriera justo en el espacio donde se juntan la arena y el agua del mar, que si me llegaba a resbalar, no dudara en seguir, igual iba a levantarme, y así fue... me levanté cuando caí al perder el rumbo que me marcaron su sueños rotos.

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