lunes, 21 de diciembre de 2015

Este año quiero que...

Este año quiero que te regales la oportunidad de volver a sonreír, por ti, porque lo sientes, porque te nace; no por él, no por darle rabia, no por demostrarle que estás bien.

Este año quiero que te regales paz... la paz de vivir sola, de volver a conocerte, de reconocerte en cada aspecto de la vida.

Este año quiero que te regales nuevos amigos, nuevas formas de ver la vida, de disfrutarla, de aprovecharla, de volverte mierda, de volver a estar bien; este año quiero que te regales el control que todavía no tienes.

Este año quiero que te regales olvido, motivos para sanar, una vida contigo, porque ya nada más importa...

Este año quiero que te regales ganas de ser mejor, aunque para mí ya eres lo máximo, idas a la cama llenas de tranquilidad, un Whatsapp sin su número, una vida sin sus recuerdos.

Este año quiero que te regales ganas de aceptar la verdad que no quieres ver pero en la que poco a poco crees, certezas de que no existe eso en lo que algún día confiaste, pero también soluciones para entender que la vida sigue.

Este año quiero que te regales amor, tú misma y que te permitas recibir el de otros, en la cama y en el día a día, este año quiero que entiendas que está bien ser tú y quiero que te regales el poder de quitarle a otros la autoridad de destruirte la vida.

Este año quiero que te regales felicidad, esa que sentías cuando lo veías, este año quiero que descubras lo que de verdad te gusta, no lo que "les gustaba", este año quiero que te regales la oportunidad de devolverte tu vida.

Este año quiero que te regales el orgullo que te arrebató y la dignidad que se llevó con cada grito y cada desplante, este año quiero que te regales el mejor detalle, volver a creer que eres y serás lo suficientemente valiosa para alguien.

Este año quiero que te regales el valor de la sinceridad, para aceptar que todavía no pasas el capítulo, pero también el esfuerzo para saber que lo conseguirás, este año quiero que te grabes sus mentiras de memoria, para que cuando las vuelvas a escuchar, solo puedas responderle con una risita burlona.

Este año quiero que te regales la ilusión de creer en un futuro mejor, en las noches sin dolor, en un "tú y yo" que te permita construir tus sueños y no que se los lleve lejos.

Este año quiero que te regales la valentía para decir "no", el discernimiento que necesites a la hora de decir "sí", y la malicia que te falta para gritar a los cuatro vientos "¡NO SE ME DA LA GANA!".

Este año amiga mía quiero regalarte mi amistad, porque estoy segura que si hacemos esto juntas nos regalaremos el mejor año de nuestras vidas. No me sueltes la manita...

jueves, 17 de diciembre de 2015

Los drogodependientes son personas

Hoy Bogotá amaneció con esta noticia "Alcaldía de Bogotá entrega kit inyectable a adictos a la heroína", comenté en el foro del periódico y opiniones de todo tipo empezaron a llegar… imagínenselas de todos los tonos, posiciones políticas, religiosas y médicas.

Me sorprendió leer cuanta gente se escandaliza por una medida que más que promover, intenta asegurar un consumo responsable, porque espero que todos seamos conscientes de que la gente consume drogas ¿no? de todo tipo, de muchas formas, hechas de cientos de cosas y con muchos efectos… y esa es una realidad que no podemos desconocer como sociedad.

Me sorprendió sobre todo leer que las personas piensan que solo en los estratos bajos se consume… parece que no han ido a fiestas de universidades o empresariales, me sorprendió leer como hablan de la droga como algo allá, lejano, que no llega al hogar de gente común y corriente como usted y yo, que no le cambia la vida a cientos cada día, me sorprendió ver como hablan de cosas y no de gente cuando la relación es droga-humano. Me sorprendió la hipocresía de la gente, sobre todo al pensar que la gente no anda gritando por ahí ¡hola mira lo rico que es consumir drogas! y sin saberlo comparten cada día con consumidores no solo de cocaína, heroína o pepas, sino que además desconocen que hay gente adicta a los fármacos regulados.

No justifico el consumo, porque como siempre lo digo, la vida es un día a día de decisiones que debes tomar según el camino que quieras andar, y si la hiciste parte de tu vida es porque a lo mejor lo querías, te convencieron, no tuviste el carácter para decir "no" a tiempo, pero está bien… vamos a afrontarlo entre todos. 

Con el tiempo he aprendido que al que escupe para arriba en la cara le cae, odiaba el tema hasta que la droga tocó la puerta de varios de mis conocidos, todo el mundo los apartó, como si no necesitaran una motivación, un entorno seguro y cariño para reconocer un problema tan delicado. Varios de ellos, sino todos, sintieron que además de que estaban jodidos, ahora no tenían a nadie más que a su polvo, que a su cacho, que a sus pepas… Y NO. Dejemos de pensar que son parte de nuestro paisaje, que nunca tuvieron hogar, que ya cuando cargan un cartón en la espalda no son parte de nuestra sociedad. Dejemos tanta mojigatería y al menos aceptemos que hay gente que consume, que vive para consumir, que no se preocupa por la jeringa que usa, o por el VIH que se acaba de contagiar, empecemos a aceptar que ese es nuestro problema ahora y que debemos darles una mano como país, como personas.

Es hora de ponernos los pantalones, no se trata de si yo estoy bien y tu estás mal, se trata de que todos debemos garantizarnos condiciones de vida seguras para mantener y recuperar nuestra dignidad como seres humanos. Dejemos de pensar que las personas cuando son drogodependientes, prostitut@s, cuando han abortado, cuando son desplazados, cuando luchan por una causa que no es la nuestra son la representación de nuestra indiferencia… si la droga tocó la puerta de tu hogar, de tu familia o de alguien que aprecias, crea un ambiente de confianza y no de recriminación, conviértete en la primera opción y no en la última que tengan en este mundo.

Aquí les dejo este vídeo:




jueves, 10 de diciembre de 2015

Ahora le escribo al amor...

Ahora le escribo al amor, porque al dolor le gasté mucho tiempo. Qué vaina cuando las cosas son tan tuyas que no tienes que explicárselas ni demostrárselas a nadie, porque si las vives existen y nada más es necesario si sigue ahí, contigo cogido de la mano y del corazón, aquí o al otro lado del mundo.

Qué vaina buena cuando alguien se te mete en el corazón y te llena de floresitas el jardín de alma y te hace florecer, y ya no importa nada más que cosechar sonrisitas todos los días de la vida… 

Gracias por ser todo lo mejor que me ha pasado.