Y tal como si fuera la contradicción misma y la dualidad,
aparecí en Mla Fdiria, yo Ofelia Husza, una
libertina, soy una mujer niña y una niña mujer, no cargo prejuicio
alguno, nunca me arrepiento de lo que hago, y nunca hago algo de lo que quizá
me arrepienta.
Soy de aquella ciudad que ya nombré, pero habito en una pequeña luna hecha de roca, de la misma que está hecha
el alma que perdí alguna vez, una de esas que flotan por el mundo… no soy de la
tierra, soy de los cielos, estoy condenada por amar demasiado, aquí no
hay hombres, hemos roto desde el inicio de los tiempos cualquier
convencionalismo ¿el amor? el amor no es un accesorio, no viene por añadidura,
ni lo hemos pedido, he amado tantas mujeres como he querido, he amado a esas
como yo, que no tienen atadura en tierra, por eso vivo sola, estoy sola, y no
volveré a cruzarme con tales recuerdos…
Ando por ahí, intentando ser, complicado concepto, al nacer
me cortaron mis pies, aprendí a volar en cuerpo y espíritu el día que mi madre
me dejó colgando de mi cordón umbilical, la inmensidad es un vacío muy grande
para dejarme caer, luché contra mí, contra mis miedos, floté, morí por
instantes, experimenté aquello de irme y decidí quedarme.
Soy el orden del caos, el caos del orden… para levitar uso el
alma, levito demasiado, soy todo un cúmulo de excesos, he coleccionado el
interior de muchos seres que ya he saqueado, el mundo, cualquier mundo y
cualquier lugar de estos es mi lugar, tengo el poder de la gravedad en mí, soy
la gravedad misma, contrariedad, hija de la masa, bendecida por no sé quién,
llevo una maldición a cuestas, abuso de mi poder, muero, resucito, a mi manera,
de la forma que quiero, voy en contra de todo, hasta del progreso, pero nunca
seré, ni me pareceré al tiempo.
Me rehúso a la muerte ¿por qué? no voy a morir, soy la
gravedad... me rehúso a levitar igual que todos los que se marchan. Por aquí se
habla de criaturas sin maldición, con poder ilimitado en busca de su alma, los
llaman rendor… quiero ser esa criatura, soy la gravedad, soy omnipresente,
tengo poder sobre todos...
No me culpen por tal atrocidad, soy
demasiado ambiciosa, en este y en todos los mundos que me invente, sobre todo
con las almas, ya he coleccionado unas cuantas, he terminado de destruir mi
vida, pero todavía me queda demasiada. No voy a morir, soy la destrucción, el
nacimiento constante, la melancolía pura, el sinsabor que queda después de un
beso de esos que no se dan, la contradicción misma y la dualidad.