lunes, 30 de agosto de 2010


Juntos traspasamos la frontera entre el siempre y el jamas, ya no había margen y mucho menos existía el error, estaba su ausencia en mi presencia y sus suspiro en el olor de mis quejas... era él, la tinta de lo que era yo, una papeleta sin color.

miércoles, 25 de agosto de 2010

Fisgones...


El sol está de mal genio conmigo, me reclama que anoche estábamos de muy amigos con la luna y que no nos perdona aquel romance, ¡te lo dije Dios!, se iba a poner de mal genio.

¿Pero porqué nunca me crees nada?, esta indignado porque no le habíamos dicho nada... pero es que tu sabes como es él de inquieto. Me dijo que a la 1:30 de la mañana las nubes grises con azul claro estaban fisgoneando junto a ella y junto a él para ver como los traicionábamos y no nos dimos cuenta por estar recitando poesía en los oídos de cada uno, indiscutiblemente los dedos de los pies nos tendieron una trampa, nos estaban enredando en percepciones para que no pudiéramos ver a ninguno de estos dos con emociones más que las nuestras, más que las vivas, sin pagar una sola moneda...

He despertado y aquí estás en mi realidad, en la realidad de una niña cualquiera, en el alma que imagina sin igual... los dedos de los pies son unos tramposos, ya no les hables más, que sientan lo que quieran... que hagan lo que quieran, que digan lo que quieran, esta historia es de los dos, no de la luna y el sol... ¡despierta!

jueves, 19 de agosto de 2010

De dos...



Una tarde como cualquier otra, una tarde en un lugar sin igual junto a sus pies, el sol calentaba las mentes mientras las neuronas peleaban por no entrar a la cámara de gas de la saturación intelectual, recorrimos cada uno de los caminos que nos llevaban a pensamientos distintos como si los colores estuvieran marcados en cada letra puesta frente a nuestros ojos.

Entre besos, abrazos y caricias multitudinales, sonreíamos y los pálpitos marcaban el alma con miradas cegadas, entre olores dulces y preguntas con respuestas claramente ciertas convivimos como nunca habíamos convivido en vida, la energía era testigo de este gran momento, el humo de las almas ya gastadas nos recorría sin lugar a duda hasta en los rincones más siniestros, entre lágrimas y sonrisas entonces enlazamos palabras y justificaciones para un mundo sin explicación, para una sonrisa sin fundamento, para un dolor sin dolor.

Entonces sonreímos como nunca antes habíamos sonreído, estábamos llenos de satisfacción, recorriendo los pensamientos de Neruda, de Alberti y Saramago, se acercó la paz en pena, y la pena que dejaba de ser en si misma por cada frase que se hilaba en el corazón de nuestra cera ya moldeada, a medida que los abrazos se caían, las miradas especulaban firmemente y sin pudor, las experiencias explicaban ese profundo porvenir que llevaba en la mirada aquel mundo de imaginación, entonces yo, en aquella tarde derroté la frontera del querer, avivé el vapor del asfalto desgastado y me lancé sobre él para narrarle unas cuantas frases a sus hombros ya cansados, el fin era que se perdiera en el limite de lo ilimitado para que se llenara de sueños y de momentos que le pulieran la retina, juntamos 4 manos tersas, dos almas profundamente ásperas y con sabor a primavera, una voz gruesa y una de muñeca, con la ilusión de ser siempre uno, con la ilusión de ser siempre suya y a la vez de las flores de madera... existía el amor, existía la verdad incierta... él y yo, su alma y mi característica imaginación.

viernes, 13 de agosto de 2010

Los gatos son pardos en mi tejado...



Hoy, un Viernes 13, he caminado las aceras en puntitas de pies, he pensado de que esta rodeada mi vida entre brazos, caricias y besos suicidas a los que amo tanto como a la muerte misma, entonces mientras me congelo sentada en aquella avenida concurrida y transitada por autómatas sin prisa, pienso en los gatos pardos y en los príncipes de color claro que no tienen posibilidad de desteñirse ante una lágrima o una empapada sonrisa, es así como vengo a pensar de nuevo en sus ojos, y contando horas y horas corrientes y comunes me sentí inmensamente desubicada, no sin antes contemplar esas nubes naranjas y amarillas que me acompañaban en aquella travesía que me recordaban entonces a Borges, al ruiseñor que sopla niebla y a ese pájaro azul que lleva en el hombro indiscutiblemente haga sol, llueva o caigan relámpagos de cera.

Entre uno y otro recuerdo de risas apacibles, de su mano imaginaria tuve mi regalo entristecido y alegre en tiempo irreal pero tan real como su mirada infinita, entonces lo quise un poco y escuche una dulce vocecita que me narraba y me narraba complejidades como la proyección de la vida misma; entonces lo quise un poco más, se hacia tarde, de noche, ya no se ni que era lo que llegaba, pero esperaba que llegara a mi ventana (creo que aún espero) que se asome esta noche y me lleve colgada en su cola por unos cuantos tejados y me moje con agua de río, que me lleve a ver mi reflejo en una gota de un claro bosque, y así quererlo otro poquito, así yo quiero al gato pardo esta noche, el mismo que se camufla de ruiseñor sopla niebla, el mismo que lleva pajaritos en el hombro escurrido de la vida citadina, y como esta noche, así, lo quiero todos los días un poco mas gato pardo de lineas y cuadros proyectados en mi vida, en su vida, en la vida maldita...

martes, 10 de agosto de 2010

Él


Y fue la pregunta que llevó al descontento de un par de vidas, narrarle ese inconformismo que me rodea con el mundo, y el alivio que me da el sonido de su agitada risa, el deleite de sentirlo cerca y el fastidio de no verlo satisfecho con sus cometas color violeta.

Voy poniéndole tono a todo de un lado para otro, intentando darle sentido a mis textos cuando aun no tengo ni el mínimo fundamento, cuando esa imagen se confunde con su presencia y las gotas cristalizadas son el limite de mi sonrisa dibujada y a veces enfrascada... fronteras entre un siempre, un tal vez, una vez cualquiera, el alquiler de mi ser para aparecer sin olvidar lo que viene y lo que me espera, un par de pies cualesquiera que me engañaron con esa sensación de tocar la tierra... vuelve el limite de los susurros, el infinito de mi distancia al viento, los ojos que ya se confundieron con la neblina de su fuerza, con el recuerdo de su mirada malévola, de sus cansados pies, de su barrera indispensable para no pasar por un enamorado más del mundo, por un soñador de sus deseos.

Él, la noche y su mirada lejana, la distancia de su ser con las estrellas, su capacidad de callar, su mirada charlatana, su luna sarcástica, su sol insoportable, sus estrellas cambiantes y poco sinceras, su ilimitado sollozo, su violencia mundana, el gran dilema de ser o parecer ante sus ojos para volar de manera picaresca, caminar o imaginarse ante la inmensidad de la noche... él, él y su inmensa forma de ser.

martes, 3 de agosto de 2010

Ayer y ahora yo soy la misma, la misma sombra



Estaba despeinada, y mi cuerpo llegaba casi a helarse, yo cerraba los ojos y lo sentía, su imagen tenia un poco de calor y segundo a segundo pensaba en esa caja, esa caja tan llena de cosas, tan llena de mi.

Soy muy pequeña, tengo unos pies que por poco parecen de mentira, así que decidida a recordar y a suspirar en esta noche puse una banca y cuidadosamente subí cada uno de mis pies, trepe allí hasta donde llegaba con esfuerzo mi brazo, entonces...entonces encontré aquella caja de madera estaba cálida, ella no se sentía áspera como en otras épocas, solté entonces mis manos y ya no quise verla pero me era imposible dejar de pensar en letras que algún día habían llegado al papel en nombre de algún sentimiento extraño que había empapado algún corazón en este mundo.

Me sentía cansada con ganas de que el mundo fuera una vela y que con un soplo, con el vuelo instantáneo de mi alma todo se apagara y pudiera sin remedio decir 'adiós', evadir los imaginarios, y dejar de pensar en un 'sí' o un 'no' constante de los cuales se llena mi vida por momentos casi eternos...

Deje de ser existencialmente negativa y de nuevo puse mi mirada sobre aquel cuadrado de cartón, entonces me llene de decisión y lo tome con fuerza y con valor, me acompañaba un nudo en la garganta y una que otra lágrima pequeña, se me había puesto la piel de gallina, creo que mis ojos ese día tenían gafas de lentes oscuros pues todo se me torno en terracotas, marrones y cafés...

Mis pequeños dedos eran casi independientes ellos querían sentir aquel papel ya húmedo del tiempo, de las lágrimas que lo habían recorrido por años, y de nuevo volví, volví a ver mi niñez, ahí plasmada en aproximadamente 20 papeles mis sonrisas del alma y una que otra letra de mamá, pequeños muñequitos que impacientemente antes de conocer las letras creaba para salir de mi desesperante rutina y con sus nombre creaba personajes que luego serian mis fieles amigos de noche.

Este pedazo de cartón tiene una fecha en su base, dice que es del 20 de Abril de 2005 por esa época yo tenia aproximadamente 13 años si los cálculos no me fallan, y esa fue una época difícil de la cual ya no vale la pena hablar, solo creo que hice esa caja por si algún día de esos insoportables decidía marcharme, no fue así creo que por eso se empapan mis ojos, mis manos y sin duda mi vestimenta ligera... sigo abriendo aquellos papeles, sigo apartando muñequitos, y de repente encuentro mi primera carta a mamá si tenia un nudo en la garganta ahora encontrar mi alma era buscar una aguja en un pajar, me sentía allí en el momento en el que mamá nos abrazaba junto a papá con una inmensa gratitud al mundo, en aquella banca roja de pequeñas aberturas por las que se iban mis pies en una mala pisada, corriendo por el prado junto a los cucarrones dorados que llenaban el horizonte, ¡já! eran como tapetes amarillos por todo el lugar, mientras mi hermana los comía yo les quitaba las alas...creo que eso hizo conmigo la vida, hoy pienso en lo mucho que me ha costado coser mis alas destruidas, en lo mucho que detesto ser espectadora y no participe del mundo común, en lo irreal es que sentirse diferente cuando se es un punto más entre una obra casi abstracta, en lo difícil que es ver con ojos despectivamente agradables humo de la mañana, debe ser por ese inconformismo de sentir que olvido que prefiero caminar porque me cuesta alzar altura y velocidad, increíble es pensar que muchos volamos caminando y no aborrecemos el asfalto como muchos discriminan esa realidad, realidad envuelta como un dulcecito a la luz del día, con una vista efímera, sensible y despectiva en su imagen corrosiva.