miércoles, 28 de diciembre de 2011

En tu espalda...

Me da por cantar, una canción que ya no me hace falta
Y mientras me acercas a vos para que no me vaya
Siento que me tengo que ir ya
Y se sale una lagrima como si adiós fuera poco...

Caricias en tu cara, que no me apartan
Que no dejan que se me pierda la mirada
Caricias en tu pecho que no son dolor
Y que por el contrario son cara y sello en este juego...

Mujeres que no te dejan la vida en paz,
De las que yo hago caso omiso
Para poderte querer en las mañanas sin afán,
¿Como es eso de sentir que se te escapan las horas?

Sube y no me sueltes la mano
Que las fechas jamás tuvieron día, año y mes,
Sube ya, que mis besos y mi vida quieren volver
En tu espalda la vida fue el reflejo de lo que quise ver...

viernes, 23 de diciembre de 2011

¡Sin bebidas calientes Federico!


Eres un pasaje y un infinito perfecto para conjugar, vamos a decirle a la vida que mereces ser verbo y te quiero, y tienes el infierno comprado y separado dos vidas más y cuatro amores que te están esperando para dejarte sin nada y a mi no me afecta compartir la cama...

...Por lo general cuando renegaba por el azúcar regada en el mesón, decía entre dientes que quería una mujer que  no se quejara de la vida y que buscara la muerte en cada salida, calladita a ver si podía extrañarla más allá de sus caricias.

Y si yo acá, desvariando a las 03:31 en Villavicencio, saboreandome esta vida que sabe amarga si me levantan cuando mis ojos todavía están reacios y hacen lo que les place, cerrarse y volver a entablar una relación con el resto de mis partes, Federico, acá íbamos...

-¿Quieres huevos?
-No molestes joder...

(me muerde pasito un pezón y lo que me despierta es ese roce de su barba con mis sensores de ganas de amor)

Federico hacía mucho había conocido otros caminos y ahora me mostraba a mordisquitos el paraíso ¡por Dios! sus dientes tenían la medida perfecta para que no fuera dolor, ni amor, para que fuera; y eso era suficiente entre nosotros. Si me gustaba lo que leía en sus informes de oficina, podía ser que concretáramos un café y eso lo mantenía ilusionado siempre, jamás se perdió la magia del encuentro hasta que yo me corté el pelo.

Decía que no sentía que me podía sostener y que si caía no podía caer, entonces nada volvió a ser igual.

Ahí donde dejamos de ser cintura y abdomen, empezamos a ser corazón y ese fue nuestro momento, desear blusas traslucidas, sacos de lana, una barba sin afeitar, un bigote que me hiciera cosquillas en el pecho y en la entrepierna, todo pasó de ser encuentro para ser entendimiento y ahí nos llevaba un perro en el hocico, mordiéndonos la yugular, ya había dejado sangre en su camisa...

Por lo general, el hombre de este intento de relación era yo, la que nos ponía en el lugar y la que no dejaba que las cosas avanzaran más de la cuenta, pero no, intento fallido número y olvido, Federico ya estaba un paso más allá y siempre que estábamos medio arropados liberando el calor que nos dejaba vernos a los ojos, me decía que recordaba ciertos fragmentos que no volvería a leer igual y que los paseos a la biblioteca después de todas esas bebidas calientes, baños de gato y lavadas de dientes con mis caderas en sus manos, iban a ser inminentes y yo no le creí, al final mi abuela me había dicho a los 6, que era mejor dejar manchado el espejo que poder verse completo, y Federico siguió, iba a mi casa cada Jueves, amanecía los Viernes y no le molestaba saber, que el resto de la semana, otra persona iba a llenar de sudor de pasión mi casa, así era él.

Yo sabía perfectamente cuando quería que sus ojos se quedaran en mi piel y me sobraban las mañanas sin tener que recurrir a la universidad para recordar como encajaban esas intenciones en mi boca, como cuando me empezaba a besar en la puerta del apartamento se me enredaba la bufanda en el pensamiento y ajá...yo era la mujer del paradero con los pómulos pronunciados que el jamás había pensado, la puta que no parecía puta, la que sonreía sin cesar, la que lo miraba fijamente sin temblar, Federico era masoquista yo le había advertido en la 9na, que no confiara en mi ternura traicionera.

No hacía falta nada más para caer con rectitud, con actitud, no hacia falta imaginar como era recibir una muerte llena de vida, no hacia falta nada más para soñarme atándole el pelo a un caracol, para sentir ese cosquilleo en los dedos, Federico te invoco mil veces más porque el ventilador no opaca tus ruidos en mi cabeza, a penas si me sigo estremeciendo y la verdad, me gustas, me gustas completo, hablando entre dientes, dejándome pistas en el cajón, llevándome el desayuno sin rosas y sin bebidas calientes guapo.

Dijo alguna mujer que iba en el nudo de la historia, que faltaba el desnudo y este mundo si que está oscuro señor, venga mejor y descifremos demonios al ritmo de jueguitos con sarcamo, venga déjeme saber que aún sabe colgarme besos que me recorran la conciencia en el pelo, que todavía puedo sentir, que usted está aquí, haciéndome el amor a palabras y versos, aunque este lejos...


...Siempre sonreí extasiada después de encontrarlo
en mi cama, el agua de la bañera que tragué 
sin querer, por no saber si suspirar, respirar o besar
no fue intencional, que se mueran mis amebas
que para eso esta este fuego que me quema.

domingo, 18 de diciembre de 2011

18 sufrimientos que quiere recuperar el amor, contigo...



Si el 18 se pudiera escribir en números romanos, esta historia sería sencilla y más fácil de leer, solo tendría que entender de símbolos y no de su querer, como me lo sugieren estas letras que estoy dejando en mis pies. Si ella es la improbable, yo si soy la imposible y ahí está el porque de mi posición fetal después de almorzar y de sentir que el mundo aún, no me alcanza.

...No quiero ajustar este texto a la derecha, porque al final se que las letras van a tener el mismo desorden que llevan en su cabeza, y que aunque articuladas usted las pueda entender, si abre cada una de ellas, no va a encontrar más que un rompecabezas, que se le va a llevar hasta las quejas, porque siempre existirá alguien con una vida más jodida, supongo que este es mi turno, y esa vida es la suya unida a la mía...y yo tengo miedo de dejar de querer, de abandonar lo que soñé y de no disfrutar las tardes.

Olvidé mi discurso sobre el avión, mantener el vuelo, ver los cielos, disfrutar de la velocidad, el vértigo y de todos los beneficios del viento, usted y yo unidos en una fracción del tiempo, igual olvidé mis escritos sobre los veleros, llevar la mar en la madera, tener paciencia y recostarme aún cuando el agua pueda ser mi peor enemiga en una noche de luna, que me recuerde el peligro, el dolor y todos los cuerpos que han sido alimento...

Si el 18 se pudiera escribir con besos, no tendríamos problema alguno, pero estamos lejos y tenemos que hablar, y bombardearnos el pensamiento y el recuerdo con todas estas justificaciones y esta explicación de porque terminó, y el jugo no me refresca nada, porque no tengo seca la garganta, tengo seca la inspiración, y todo este gusto por conocerlo a usted y a todas esas maneras que tiene de mirarme cuando tiene que escupirme la verdad, y yo me tengo que pasar con fuerza la mano por la cara, dígame ¿cuando vamos a volver a volar?

Si yo pudiera dejar de escribir un 18, la vida no sería más sencilla, pero en algo ayudaría dejar de pensar que tengo la suficiente valentía, y el suficiente dolor para vivir sola la infelicidad de no encontrar sorpresas en mis carreras, si yo pudiera escribirle el 18 con detalles no dudaría un segundo en dárselos todos, en verlo sonreír, dormir en paz, le daría todo lo que tengo y más por no escucharlo llorar, pero ya no puedo hacer nada de eso...estoy sentimentalmente en bancarota, tengo que pagar un interés altísimo por una sonrisa y no, no estoy dispuesta a estar endeudada el resto de mis alegrías efímeras ¡me rehúso!...

Hombre, si el 18 pudiera hacer algo más que llorar, de seguro que le buscaría alguna utilidad, pero es un día de listas de cosas que hice, de las que dejé por hacer, de las que siempre quise y nunca pude, de las que nunca pude y siempre quise, si todo esto tuviera alguna utilidad, de seguro ya tendría algún superpoder, porque desde hace 1 mes solo pienso en maravillas, utopías y nuevas formas de querer, porque la suya se me quedó acá, pegada al perfume.

¡Ay por Dios! (y gracias a usted invoco a este señor cada que siento que me voy de paseo a algún mundo alterno) quiero que la intensidad con la que hierve este sentimiento la pueda calmar, como cuando hierve el chocolate y no necesito algo más que soplar con todas mis ganas, y el vapor lleva el ritmo de mi respiración, pero con usted nada es tan sencillo, su vapor sube ya, y me quema la cara y se riega y hace estragos en toda mi cocina, y tengo que correr y limpiar y no dejar manchas y eso es lo que he hecho mientras creo que vivo feliz y enamorada...hombre de verdad, si con este 18 yo pudiera mejorar nuestras vidas, le diría con toda la convicción que lo amaré cada mañana y hasta en navidad cuando se robe mis galletas, pero no, yo quiero compartir con usted mis galletas, los buñuelos y uno que otro whiskey puro mientras se acerca el año nuevo...

Si de repente tan solo pudiera verlo de nuevo despertar con los ojos grandes, con las pupilas en mi boca, y con ese amor con el que se despertó 2 años, 6 meses y no sé cuanto tiempo más mientras nos conocimos las miradas, las manos, el cuerpo y los miedos, podría vivir tranquila, dejaría de pensar como escribirle este día, en este día, con este día...si de repente usted pudiera hablarme con amor, entendiendo que seguimos juntos aunque el cargo no se lo confirme al mundo, quizá yo podría morirme esta noche y usted tendría un motivo real para poderme extrañar, si de repente usted no me volviera a hablar, sino que acordáramos encuentros de silencio y de rescate del amor que un día nos unió a lo mejor yo podría dejarle una carta cada 18, y volver algún día a sus sueños, por ahora voy a seguir en mi cama, con las sábanas encima, con el ventilador potenciando el movimiento, pensando en Canadá, en el vapor al final de cada beso, llorando en posición fetal, esperando que algún entienda porque me marcho y no me quedo, aunque me quedo...

...Que las cartas lleguen a su buzón cada 18,
que el frío de la ciudad lo haga volver a casa,
y huela la cama y recuerde que
mi perfume se quedó
porque tengo otros placeres en el mundo.

LXXII



Y así ella camina, en esos mundos perfectos, en esas elipses que no varían su forma. Camina con algo más que una conciencia limpia, camina con mucho más de lo que alguna vez había pedido. 

Sigue su paso, tomando cada paso con calma y haciendo del camino una estancia de felicidad. Es posible que no haya conseguido su éxtasis, pero conoció la felicidad…la vive, la respira, y definitivamente por eso conserva esos ojos

Entiendo de muchas formas, el “porque” de su movimiento lejano, de su paso calmo y suave, de su sonrisa. Ha conseguido finalmente poner, con mucho arte, las piezas en su lugar. Cada pieza con la posesión de su propia importancia, con la posición deseada, con su función designada, inamoviblemente cumpliendo con su deber. Es apenas lógico de estas piezas mantenerse en su lugar, es más que infame que una de ellas no desee su lugar. 

Y así, ella tiene su impulso, su maquinaria, nada desencaja, todo por fin está en orden. No puedo evitar mirar desde el fondo de la monstruosidad de la máquina, no puedo evitar ser el último engranaje, nunca podré saber cómo se siente encajar del todo en su movimiento. Cómo anhelaba encontrar un lugar en su mirada. Pero el último y corroído engranaje solo puede esperar estar. Solo se debe conformar con su existencia. No tiene derecho a exigir nada más, solo el hecho de presenciar un ápice de un gesto. Así siendo un engranaje…nunca, nunca nada más.    


F.C.S.M
(solo se publican las iniciales del autor a petición de él mismo)

jueves, 15 de diciembre de 2011

Hablando, desde lo literario ¡claro!



Tengo que contarle al mundo que me desnudó las letras, es un astronauta y su profesión es ser imaginativo, cuando sea grande quiere desnudarle la vida a mujeres como yo, mujeres que el corazón ya no lo tienen tan tierno...

...Me aclaraba una y otra vez que desde lo literario era que me estaba dejando sin ropa, sin razones y sin moral ¿desde donde quería que le hablara el astronauta que conocía de planetas y de letras? ¡mierda, esto es cosa seria! pero que me invite a un café barato, de esos que beben los demonios que parece que viven levitando...

-¿Que le puedo quitar yo a usted si quiere
dejarme sin nada, eh? 

-¡Yo no tengo nada!

-Nada es mucho, tengo trabajo que hacer,
la bebida tiene que ser fuerte, cámbieme el café...

Me recordaba de aquella clase llena de tedio de la cual había sido mi monitor, y ahora me parece estúpido y ridículo que jamás me fije en las almas que andan por ahí excitándose con mis comentarios (¡claro, desde lo literario!) ¡ay por Dios, si es que existes, a donde me has mandado! estudiaba con satanás y él lo sabía, y sabía que yo era una mujer, aunque me vistiera de niña. Así siempre fue mas fácil conseguir victimas.

Já, estos demonios con los que me topo yo, esos que andan repartiendo felicidad ¡maldita sea! me encantan, claro, desde lo literario no existen por lo general y mucho menos demonios que no trabajen y que quieran ser profesionales en técnicas de seducción que no dejen evidencia de las vidas que viven y reviven por ausencias y presencias que han regresado...

Calla con tiempo, y se toma sus momentos, al final todavía son las 2:12 de la mañana y no soy la única que está hilando palabras, digamos que se llama Nicolás, y eso me agrada, los demonios con alma de niño no suelen tener nombres que inspiren ganas de agarrar los cachetes, pero este está cumpliendo años y podía llamarse como le pareciese mejor mientras habla con Leonor ¡Jesucristo me cambié el nombre y todo! ¡esto va para largo señor, voy a olvidarme de lo literario!

Quien sabe cuantos cumplirá, tampoco me interesa, la piel lisa me viene bien y la que tiene marcas también, al final son caminos con sus características marcas y las exigencias son para gente que se quiere ir sin dejar huella...tengo ganas de agarrarle la mano con fuerza y preguntarle si desde lo literario (como excusa muerta) me quiere acompañar a buscar una religión que no sean ni los hombres, ni el licor, ni el amor...

...El viaje ha terminado, por favor recargue su buzón de encuentros y tragos.

-Nicolás, que Leonor te va a buscar
cuando se le vuelva a deslizar el brasier, que la esperes.

viernes, 9 de diciembre de 2011

Amanda, ama y anda...





Al empezar un nuevo día (por lo general se despertaba a eso de las 12:30) se fumaba un cigarrillo en la ventana, aún olía a él y le encantaba pasarse las manos por la nariz y sonreír porque las locuras eran todo lo que podían describir esa vida que había decidido llevar, pretender cada mañana y destaparse cuando él la acompañaba en la cama ¡que delicia!...

El pelo si al caso le tapaba los pezones y se encorvaba para que el frío no se le posara en el espacio donde el reposaba su cara y le bajara al abdomen y 20 días después tuviera que tomarse 2 pastas cada 8 horas, ese era todo el proceso de hacer una curva con el torso mientras recogía las piernas y se rozaba la piel de las pantorrillas...

Ella siempre me impresionó, era bastante cuidadosa con sus posturas, causa, consecuencia, imaginación y decía con pretensión que todo dependía de como acostumbrabas a poner el cuerpo y que eso dependía de saber hacer el amor, y que las arrugas de los zapatos te podían decir cuantas cuadras caminaba alguien renegando o saltando...curiosa si, amigable no...bonita al fin y al cabo.


Le gustaban los paraderos solos, y ojalá grises...Transmilenio le daban ganas de vomitar por eso aunque un cliché de la ciudad, la bicicleta era una buena amiga, se caía cuando las dos se ponían de acuerdo y si no querían parar pues bueno...corrían el riesgo de morir juntas en el intento de alcanzar la velocidad promedio de vuelo mental. A veces era rara pero le caía bien ese castaño claro con visos rojizos, esos cachetes en los que parecía que la pena siempre vivía, y esos suspiros por los que uno que otro hombre le podía llegar a preguntar "¿que te pasa muchacha?" (odiaba la palabra muchacha y no era culpa de ella, sus oídos eran un tanto exigentes y tenían todo el derecho de serlo, no era fácil convivir más allá de los libros y las tostadas con mermelada eso tengo que reconocérselo).

La tarde transcurría entre cortadas de papel, vapor de la greca, olor a café barato de ese que dan en las entidades públicas y entre uno que otro hombre que se fijaba en el segundo botón que a lo mejor se había desabrochado. No había nada fuera de lo común, si no era por ese destello en los ojos cada que una burla se apoderaba de su espíritu o cada que lo recordaba a él bajando por sus caderas diciéndole "déjese querer", reírse le permitía seguir, siendo sincera se ría día de por medio como para que no le conocieran a la perfección el modo en que acomodaba los labios.

Yo la quería...la quería ver siempre.

Alguna vez me dijo que apretara mi sostén que mis pechos tenían derecho a sentir libertad cuando un hombre dejara que el aire llegara a mi corazón y pues tengo que admitirlo, desde ese día me abroché bien lo que me daba dirección y me permitía caer mas suave...mis pechos.

Así como yo creía en las evidencias del papel, ella creía en su Dios, en el poder del calor del cubrelecho, alguna vez me dijo que en la atracción del labial rojo escarlata y en el perfume de cítricos, y bueno...yo respetaba que yo también compartía un mundo de besos...

Teníamos tan poco en común, que escucharle sus historias era como vivir en otra persona, y ponía mi mano en el cachete y pacientemente notaba la expresión de sus ojos, ese pestañeo constante, el nerviosismo de esas manos, como se mordía los labios, se rascaba las orejas, se ponía el pelo de medio lado, se jalaba las medias veladas, y golpeaba contra el suelo de madera los zapatos...era una constelación que no había visitado pero según lo que le escuché ese hombre era un tranvía cuando la conocía cada noche, o cada mañana antes de ir a trabajar...le gustaba el papel higiénico adornado y las servilletas blancas, eran palomas de papel y si que me hacía reír cuando las dejaba en el puesto del jefe en son de paz por ser tan irreverente...era linda.

Amanda un día no fue más a la oficina, y no había mujeres a las cuales mirar más allá de la camisa (porque a mi me miraban por detrás más allá de la falda), no volví a escuchar la pasión, ni a botar animales de paz en el puesto de Armando, llegó una carta a mi escritorio diciendo que Amanda había sufrido una sobredosis (y quise pensar que había sido con Juan) y que se permitían comunicar el proceso que se emprendería en torno a ella...se me salieron un par de lágrimas, los días sin Amanda eran una pérdida de mierda entre tantas cortadas de papel, gente azul, gris y negra...

Amanda...Amanda...Amaaaaaaaanda ¡maldita sea!

Llego a mi casa, me saluda Fígaro y me siento en el sofá, hoy decido que soy yo la que le da aire de libertad a mi blusa, me sirvo un vodka para que la vida se haga menos puta y pongo un poco de jazz, bailo con las sombras que pintan mis caderas en la pared y escucho a Amanda diciéndome "morimos los dos, hicimos el amor con la heroína y con el cuerpo ya era hora de partir...alguna vez tienes que hacerlo cuando te quieras ir".

En un primer momento me asusté, no era posible que Amanda me estuviera hablando desde el más allá, pero con lo borracha que estaba ¡que putas! podía estar más acá si le daba la gana ¡ay Amanda me falto morderte la cola! pero bueno el edén es ese paraíso en el que uno encuentra todo lo que quiere y a lo mejor estés con ropa de campo y con un par de vinos contándome como te ha ido tirándote a Dios en los campos verdesitos...

Amanda siempre supe que en los pechos llevabas un corazón que palpitaba y sentía igual que ese rojo que todos tienen a la izquierda del cuerpo porque si lo tuvieran a la derecha no coordinarían el pensamiento, siempre supe que podías sonreir aunque estuvieras jugando a vivir, siempre supe que le hacías el amor como si fueran extraños y solo se conocían en los orgasmos, siempre supe que tú y yo eramos un mundo cargado de silencios y si que el ruido era lento...

¡Amanda que te pares ya que él te busca para que le descifres la nuca!

¡Amanda el vodka no es excusa!

¡Amanda no quiero joderte otra vez, despiértate!

¡Amanda vete a la mierda, igual el día que te mueras vas a estar diciéndome desde el mas allá que lo extrañas y que te quieres volver a meter en mi cama!

Chao Amanda, nos vemos en la oficina...la camisa blanca esta lista.

lunes, 5 de diciembre de 2011

De mañanita, puedo joderte la vida



El lugar de siempre en esta casa... y contando.

Escritorios de madera, con cualquier cantidad de marcas y gritos que han querido poner los habitantes de este lugar, quejas, nombres, quejas, quejas, trazos, vamos a darle forma a las esferas, eso siempre lo decía papá.

Se escucha mientras se llena la alberca el eco que retumba en el patio donde me siento a leer con la sombra de las rejas sobre las páginas que (casi siempre) vienen a salvarme. Suelo entregarme al libro de momento, pensando que a lo mejor ese autor me pensó y sin saber quien era, me iba a tender su mano (tengo fe en que los escritores jamás serán lo suficientemente odiosos con sus lectores)... de repente escucho tu nombre y arrojo ese libro al mármol y corro y te busco detrás de las canecas, de la lavadora, del sitio de los zapatos... por segunda vez alguien dice ¡oye, ven! y yo sigo corriendo en un espacio de 2x2 que a lo mejor solo estoy inventando ¿donde carajos te has metido amigo?

No sé, me respondes...

¿Y entonces quien me responde? ¡me he enloquecido, tengo que afrontarlo!

- Mamá he enloquecido y esta vez creo que no voy a volver...

Mamá sonríe, nunca ha creído lo suficiente en este desprecio que tengo por regresar donde ya he pasado una buena temporada.

(empiezo a tararear canciones invocando amores)

Y entonces llegas vos y me empujas como diciendo "vete puta que este cuerpo no quiere saber de insaciables muertos" y entonces me arden las rodillas, así justo como cuando el asfalto te roza la piel y te pasa un escalofrío hasta la nuca, y te intento abrazar y vos me apartas y me pronuncias mi mayor temor ¡mentirosa, mujer mentirosa mi jardín esta seco! ¿dónde está el botón con el que puedo eliminar capítulos?

No, tengo que concentrarme y pensar lo consentido que te pones en mis piernas, este infierno no me va a consumir porque ya me he quemado las pestañas, los dedos con silicona y ya he vivido todos los peligros de pintar y de armar figuras de las que no entiendo nada...caminas rápido y refunfuñas, y somos negación y tu en ese anden y yo en este pensando en que tiene que haber intersección ¡ay por Dios con quien estoy hablando!

...Sigue sonando el agua y mamá barre la entrada de la casa

Bebiendo sufro por el mismo hombre y este monólogo con seres imaginarios, no me esta ayudando pero tengo que escupir, al menos merezco algo de piedad, no pido más que este bolígrafo de paz, hojas desérticas.

"No creas en lágrimas de hombre, ni en cojera de perro" y me retumba sin cesar la abuela en mi cabeza, porque estoy pensando en las lágrimas de Adolfo y eso no está permitido en este antojo, antojo que voy a leer unos minutos después convencida de que jamás seré y de que seré lo que escribo balbuceando intentos de muerte.

¿Dónde esta la ropa en el suelo, las sombras, la fría pared? ¿dónde estas vos con tus apuntes sinceramente ridículos diciéndome que no me quieres pero que al menos el sexo te mantiene? ¿dónde esta tu voz preguntándome que si lo endulzas con panela o con azúcar morena? ¿dónde te has ido maldito? ¡donde estas!...

Me haces falta... ven, arrópame que la luna esta furiosa esta noche.

Me gustan los conos de chocolate y vainilla con galleta endeble, ven...ven abrázame, se que tienes otra mujer pero yo no te quiero para casarme, así que ven...Margarita tiene derecho a no entender porque siempre buscas el pecho para recostarte, ven...que yo se como te gusta el jugo de naranja, y las fresas reposando en agua fría mientras te bañas...ven.

Vos mereces todo lo que hay más allá de mi boca, y yo merezco tu verdad, y eso es todo lo que hace que puedas estar con ella y yo pueda estar sola, y siempre llegues a besarme las ganas como si me quisieras agarrar desde la cama hasta la alfombra...

¡No me alcanzas! -y suenan las risitas agitadas-

El parque tiene muchas hojas que crujen y te fascina estar con enredaderas en la chaqueta, que bonito te ves cuando te muerdes la boca, que impaciencia no poderte besar y que no sea legal hacer el amor en las colinas de los parques de la 5ta. Debería ser legal, creo que muchas intermitentes quisiéramos amar a constantes bajo la mirada de ignorantes amantes, podría ser un perfecto momento en la vida de cada humanoide lento... leeeeeeento.

Haciendo honor a esto que somos nosotros... pongo sus pies sobre mi sien y me dispongo entonces a navegar este suspiro que me devuelve a la vida, hombre de años que siempre tiene sed y busca bocas para sanar las heridas que nadie ha querido ver, es demasiado difícil quererle, sin amarlo otra vez.

-...Nos vemos a las 7, en la colina de Rosales
¿llevas geografía del miedo o geografía de paz?

-Lo que tu quieras. 

-Bueno, entonces lleva tu boca bien cargada y agua
por si no llueve y escampa...