lunes, 31 de enero de 2011

Preludio de invierno, silencio de momento; tu, yo menos dos, cero



...Canta la lluvia, calla el sol, se esconde un pájaro, renace una flor.

Te veo sentado en la más seca de las bancas, esa que rechina de emoción, aquella que salta y brinca, esa pequeña de color café cansado que te quema, solloza, esa que miras, ignoras, sientes; aquella a la que engañas, te paras, y abandonas como siempre en el más cálido error.

Me llamas sagaz justo cuando salgo trotando en busca de tu misión, ahí, cuando agarro a la luna de la lengua para que me arroje en lo invenciblemente vencible de mi espíritu como si alcanzara a ser inmortal solo en el deseo de ser tuya una vez más, me llamas viva justo cuando veo en tus ojos mis alas y es ahí cuando intentando impulsarme en pensamientos forzados me ahogo en ese espacio donde se encuentra mi corazón, no menciono palabra alguna, no me esfuerzo en pretender salir del paso, te enseño a poner los pies sobre las canicas, a que me hagas cosquillas con los dedos gordos en el corazón, te veo exhalar todos los demonios que te invaden de día, escojo entonces el tulipán con más lodo, ese rojo parma que te inunda las mentirosas lágrimas, ese de tallo largo, tan largo como el primer párrafo del cuento donde nos conocemos y por primera vez nos besamos, ese con el cual me divierto dibujandote la frase que llevaremos en los tobillos cada que necesite en mis pasos verte hecho cariño, escribiré un final solo para conocer a tu lado el inicio, mides 5 pies pero me llevas a 10 pasos de lo que es conocer, me siento en tu lagrimal, agitando fuerte tus pestañas para que me lleves allá... a ese infierno con forma de paraíso donde solíamos encontrar el placer de empaparnos la existencia en pimienta, los estornudos en frambuesa, esa sonrisa acertada donde empapándonos los miedos, el silencio, las alegrías, la mirada perdida, te encontraría entonces en mi final siempre tan optimista, tan similar, tan desconocido que solo un abrazo lleno de calor me avivaría la razón.

Vuelvo entonces a mi realidad, ansiosa de volver a escribir un final.

Y que mas da si el viento sopla cariño, los tobillos ya están escritos, este amor no fallará.

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