lunes, 24 de enero de 2011

Jardín(eros)es


De repente no necesitaba aire, sol o agua, llegaste a empaparme con miradas y a dibujar en mi piel el más húmedo de tus impedimentos, corazón, llave, instante, momento. Una vez más suena tic-tac y vivimos lo incierto, que si te como a palabras o si te como a besos, que me descifres el alma o el pensamiento, que yo te pueda creer hilador de sueños, que me vuelvas esfera y yo encaje justo en tus ojos de fuego, que me desnudes los miedos, que con tres palabras recrees el milagro del amor eterno, de cuando me pones alas, de cuando me pausas el vuelo, que si la dualidad es buena o mala, que si una vez más llega la hora de ser tuya entre celestes sabanas, que si me aceleras el corazón, que si me pasmas el alma; que me recorras en el tiempo y que cuando olvides mi almohada recuerdes el olor de mi pelo; que me tatúes las decisiones, que tu respiración me roce el cuello, que el café siga humeando... que tus labios el camino al deseo, al cielo lo hayan plasmado en más de un suspiro, en más de un delirio cierto.

1, 2, 3... que la magia haga realidad las gotas de fantasía en mis pupilas; de cuando hilo margaritas en busca de mi flor, de cuando callo a mi garganta para que hable el corazón.

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