domingo, 10 de abril de 2011

(Pre)-Posición

Bogotá, 10 de Abril de 2011


Esperanzado
Señor Húmedo Empapado

Cordial Saludo





Primero, buenas, son las 8:59 de la mañana o de la noche, eso espero que no le importe, porque mis cortinas están cerradas y no quiero pararme de aquí a contarle algo que quizá no recuerde cuando mi tristeza lo invada. A decir verdad señor he estado desvelada ante las insistentes golpizas del otoño en mi sala y ante semejante espectáculo del tiempo no tengo otra opción que enfrentarme a los sucesos en nombre de mi miedo.

Bajo mi llanto y mi sonrisa de antaño viajo en el lóbulo sin pena de su oreja derecha, me valgo de aquellos sueños con los que la nieve era más tersa y las ramas más atentas contra viento, fuego y marea, es ahí donde sigo siendo la arena de sus suelas, aquella que cruje de mañana, tarde y envidia desde que hacía poesía en mis mejillas.

Durante todo el cuento que es mi alegría efímera ha aparecido usted en cada pluma, en cada puente y en cada avenida con la intención de visitar junto a mi, la ilusión entre un par de enfrentamientos acorde a nuestros besos.

Me he cuestionado si me ama, y tengo algunas dudas excepto por la ausencia de sus ojos en la saliva espesa que deja en la ducha cuando madruga a acariciar mis penas, agua que corre y se filtra por los poros del nunca quisiera, vamos hacia la luna, perdámonos en marte o crezcamos con el viento de bora que afecta los mares de nuestras promesas con aroma, vamos a conocer Abril hasta que sus ojos se cierren soñándome hecha paloma en el último café del edén, en el penúltimo cigarrillo que sabe a margarita rota.

Lo he meditado una y otra vez entre algunos vasos de whisky corriente y he llegado a la conclusión de que usted para mi señor, es más que error, usted es la posibilidad más alta de conocer el verso de mi espalda por cada dos parpadeos mientras bostezo en mis incesantes truenos, podría decirle entonces que lo espero salvo que hemos fragmentado este renglón en el que hemos hecho el amor en cada tilde que lleva una 'o', allí donde alterno los sabores con aceras lo suficientemente viejas donde según el asfalto volveremos en una tarde de lluvia y sol a encontrarnos.

Dos minutos antes de penetrar su lánguido pecho con un susurro de peso, inmersos en pasión y en deseo sin impedimento haremos versos completos con pausa y suspiros en silencio para desnudar cada milímetro de lo ciertamente incierto sobre las comas, los puntos, las diéresis y cualquiera que sea el signo de momento, nos veremos en una multitud del metro siendo dos, y moriremos en las sábanas de chifón turquesa sin ver algo más que un cuerpo en plenitud.

...Que las gotas de Mayo le canten nuestro pacto, que los vinos, los pimientos, la canela y el amor se citen para la próxima cena tras el nombre de una nueva (pre)-posición.


Hasta pronto,
Con los ojos hechos un mar de embriagantes poemas...

La Señora Esperanzada de Pianos y Centinelas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario