miércoles, 6 de octubre de 2010

Lluvia...



Lluvia, dime que no se ha ido y que no se irá, es que su mano sobre la mía se siente cálida... bonita, estamos en la mitad de esta avenida concurrida, entre un abrazo, una sonrisa, y un par de cervezas que nos mojan la boca deseosa, lluvia, se me extiende alguno de esos parlamentos perdidos entre esos nervios de verlo y antojarme de su vida, lluvia, dime que esta noche me recordará como lo hizo muchas otras, dime que no vas a evadir el gris, pues recuerda que él dice lo romántico que le parece al son de esas letras en aquél idioma que solíamos repetir, lluvia, no dejes que olvide mis besos, ni que calle lo tierna que me admira entre escurridizos momentos pues recuerda que cuando me perdía entre lamentos rogaba al cielo aquella cercanía que le revivía el sentimiento.

Lluvia, no dejes que esta noche deje de hacer gestos, recuerda como lo recuerdo entre ese brillo de ojos, entre ese par de sonrisas con miedo, lluvia no dejes que olvide como decirme 'hasta pronto' pues sabes que nada me da más esperanza que su lengua sobre mi labio inferior, enredada entre dos o tres palabras que me harán soñar con él esta noche, y otras cuantas... lluvia no me abandones, y no dejes que aquél olvide tocar la puerta, no permitas que me calle ahora con besos, no permitas que me olvide entre gotas y razones para no acercarse con un abrazo y un argumento sin reclamo, sin pena, sin poemas.

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