viernes, 11 de marzo de 2011

Debe(riamos)r

Debe ser porque siempre supe que nunca te tuve, que quizá tanto te amé, dicen que lo que no se tiene es lo que permanece, siempre sospeche de tu silueta, pero jamás te aquella redonda letra.



Me acompaña Placebo en la soledad de la media tarde, 6:47, poderes sin placeres. Me cuestiono la vida misma preguntándole a mi respirar si cree que tengo vida, cerrando los ojos en un par de atardeceres donde no existe el rojo, sino que el terracota me invade el ser, los seres, los medios, los bienes. ¿Para que conocer impedimentos?, pregunto, si antes de conocernos ya existían los terceros, ¿para que probar tu boca, si de tantos besos ya el sabor se esfuma en cada roca donde tropiezas?, ¿porque insistes en ser enredadera en mi tallo?, amigo yo soy la enredadera, soy maracuyá con alma de frambuesa.

Leo tus cartas y empiezo a odiarte en los espacios antes de tu nombre, porque sé que ninguno de tus quereres tiene un espacio antes de su mente, odio que no pongas comas, y que olvides los puntos importantes en las historias, detesto la falta de apóstrofes, y ni decir de lo mucho que detesto no tener un segundo en el tiempo para en tus uñas leer aquellos cuentos que tanto ocultas para hacerte guerrero. No concibo tu vida sin las comillas, pues hay tanto que deberías citar en tus actos y en tus perdones que algún guión al piso debería ser tu soporte; ¿quién eres sin los paréntesis?, si muchas veces deberías escabullirte entre sus poderes para dejar de verme y así dejar de joderte.

Si no creo ni en mi misma, no esperes que crea en ti humano de asfalto, como él te has endurecido y empezarás a cambiar de cara en unos años, siempre tan hermoso al principio, exitosamente fatal en los colores errados. He tomado un plumón y he rayado tus escritos en los poros de mis brazos, esos cuentos donde ansioso me gritabas que te tomara una vez más en el aire, que te cargara una vez más en mi amor desahuciado, ¡ámame! ¡olvídame! ¡lárgate! gritabas desesperado, pero como llevarte en la tierra, si solo te has abandonado.

Quería decirle a la vida que por favor me matara, pero cuando estuvo frente a mi me quedé callada, ese silencio fue lo único que aprendí de ti, pues cuando no hay nada más inteligente que decir prefiero afrontarme en el espejo manchado de rímel color carmín y decirme un par de verdades mientras halo los cabellos de mis mares; es ahí donde sueño, pienso que olvido, y vuelvo a la vida en cada instante que me burlo de ti, de mi.

Extraño la distancia de mi partir, pues he regresado tantas veces...que, que necesito irme de aquí. Me encanta cuando me marcho, cuando camino, cuando me aparto, me encanta cuando el camino reúne a los amores que tanto me han utilizado, como aguantar otro cigarrillo si tu perfume ya no está, como comprar plumas sin unos ojos que escribir, como descubrir nuevas formas de sufrir... si la ráfaga del viento de tu alma está a punto de morir en mi sentir.

Otra forma de decir te quiero, es callar, dar la vuelta y seguir el camino sin más ni menos de lo que ya está.

Quiero callar, quiero reír, correr desnuda sin ti, olvidar la perspicacia, olvidarme, olvidarme, olvidarte coqueta, malvada...

No hay comentarios:

Publicar un comentario