
Me habia levantado hace un tiempo, pero por circunstancias de la agitada ciudad, del clima, de la vida finalmente no me dispuse a estudiar. Me recosté sobre mi cama, lista y con los crespos hechos y entre en el profundo sueño que generalmente me cobija y me guarda.
Desperté un tiempo después, mi ventana estaba empañada, fría, y con unas cuantas gotas de agua... que imagen más linda, pero que imagen más triste, más desoladora. Sin embargo me levanté, hice un par de huevos, rebane un pedazo de pan, calenté un pocillo de chocolate, me senté en la ventana, conversé con mi alma esas cosas del mundo, de lo que te pasa y bueno sin respuesta alguna desayuné.
De repente escuché un susurro suave y delicado, una gota de lluvia me decía: Calma, calma. Cerré los ojos, era una voz tan dulce, no quería arruinarlo, no quería arruinar nada. Tenia una contagiosa felicidad, agregándole a esto que yo estaba feliz, porque, bueno eso solo me importa a mi.
Continué con mis ojos cerrados y ella inició una conversación...
[Ella cambio el tema...]
[Una lágrima rodó por mi mejilla]
[Rodó por la ventana y se esfumó aquella gota de agua...]
Escuchaba Quiet, veía el sol que seguramente acechaba a mi gota. Escuche un grito y quise ayudar aquel viajero del mundo pero de nuevo me puse trabas, la única solución era pensar en ti, y así lo hice. Llegaste a mi mente rápidamente y fue ahí cuando sentí seguridad de que la gota estaba bien, algo me decía que otro viajero de la vida, la había rescatado y que el sol no arruinaría su paz una vez más, estando aquí, en mi imaginación, te recostaste en mi pecho, yo lentamente te amarre con mis piernas, para que no te me fueras lejos.
Tengo instinto de supervivencia, y del bueno, quiero que tu cálido susurro me haga callar de impotencia ante el mundo, quiero que tus manos me narren la historia de los dos, quiero que tus ojos me aseguren, que gritar no servirá de nada, los gritos serán invisibles.
No quiero morir congelada... y cuando pierdo la voz y caigo al suelo, jadeando, siento cómo me duelen las heridas, mis patadas y mordiscos. El corazón y el espíritu me duelen, me dicen que son uno, allá donde estén, que piensan igual.
El fantasma de tu ausencia me duele una vez más, he ahí la razón de una leve tristeza, el se retuerce junto a mi, ríe despiadadamente, goza realmente, antes de dejarme sola, de nuevo me duelen las heridas, las patadas, los mordiscos, los gritos no han servido de nada, y mucho menos las lágrimas, aquí no ha servido nada, en menos de un segundo río como lo hacen los demonios alegres, maliciosos, nada me duele más que ser así, nada me duele más que las palabras.
Cuidado, presta atención, a lo mejor mientras jadeo en el piso, la luna te haga un llamado, no la rechaces, no te apartes, atiéndela, que ella siempre me tendrá en letras para que puedas saber de mi y no de mi ausencia.
(Ha sido un placer volverte a ver, no vienes mucho por aquí y cuando lo haces disfruto de tu presencia, del olor que desprende la tierra a tu paso, del color gris que toman las calles, de ese cielo como entristecido y sus nubes apagadas que nos llenan de nostalgia, del sonido de tus gotas al chocar con el suelo).
______
Inspiraciones: The Dream of the Dragonfly - Las Gotas de lluvia - Quiet - Un día cualquiera.
Desperté un tiempo después, mi ventana estaba empañada, fría, y con unas cuantas gotas de agua... que imagen más linda, pero que imagen más triste, más desoladora. Sin embargo me levanté, hice un par de huevos, rebane un pedazo de pan, calenté un pocillo de chocolate, me senté en la ventana, conversé con mi alma esas cosas del mundo, de lo que te pasa y bueno sin respuesta alguna desayuné.
De repente escuché un susurro suave y delicado, una gota de lluvia me decía: Calma, calma. Cerré los ojos, era una voz tan dulce, no quería arruinarlo, no quería arruinar nada. Tenia una contagiosa felicidad, agregándole a esto que yo estaba feliz, porque, bueno eso solo me importa a mi.
Continué con mis ojos cerrados y ella inició una conversación...
- Tengo muchas ganas de vivir, pero el sol me llevará, solo vine para acompañarte.
- ¿Te gusta el tiempo de calma?
- No, realmente me gusta el tiempo de la tempestad.
- ¿En donde te gusta caer?
- Aunque caiga, seguiré corriendo, así que el lugar es lo de menos...¿aunque sabes?, preferiblemente en el mar, las olas siempre te arrastran y al sol siempre le cuesta más trabajo arruinar la paz.
- Pensé que te gustaba subir.
- No, es mejor nadar y darte cuenta que el mundo no es circular, que el mundo no es perfecto, que tienes que aprender a correr y a esquivar las algas donde te puedes quedar.
[Ella cambio el tema...]
- ¿Niña, es un miércoles y estás en casa?
- No puedo, no quiero salir de aquí.
- ¿No te llaman la atención las calles irregulares, los días fríos y bellos, los miércoles en la mañana?
- No, realmente no.
- Estás perdida, has perdido tu capacidad de admiración, me erizo y me destruyo de pensar que pierdes miles de momentos mientras yo estoy pegada a un cristal.
[Una lágrima rodó por mi mejilla]
- Es cierto, tienes razón.
[Rodó por la ventana y se esfumó aquella gota de agua...]
Escuchaba Quiet, veía el sol que seguramente acechaba a mi gota. Escuche un grito y quise ayudar aquel viajero del mundo pero de nuevo me puse trabas, la única solución era pensar en ti, y así lo hice. Llegaste a mi mente rápidamente y fue ahí cuando sentí seguridad de que la gota estaba bien, algo me decía que otro viajero de la vida, la había rescatado y que el sol no arruinaría su paz una vez más, estando aquí, en mi imaginación, te recostaste en mi pecho, yo lentamente te amarre con mis piernas, para que no te me fueras lejos.
Tengo instinto de supervivencia, y del bueno, quiero que tu cálido susurro me haga callar de impotencia ante el mundo, quiero que tus manos me narren la historia de los dos, quiero que tus ojos me aseguren, que gritar no servirá de nada, los gritos serán invisibles.
No quiero morir congelada... y cuando pierdo la voz y caigo al suelo, jadeando, siento cómo me duelen las heridas, mis patadas y mordiscos. El corazón y el espíritu me duelen, me dicen que son uno, allá donde estén, que piensan igual.
El fantasma de tu ausencia me duele una vez más, he ahí la razón de una leve tristeza, el se retuerce junto a mi, ríe despiadadamente, goza realmente, antes de dejarme sola, de nuevo me duelen las heridas, las patadas, los mordiscos, los gritos no han servido de nada, y mucho menos las lágrimas, aquí no ha servido nada, en menos de un segundo río como lo hacen los demonios alegres, maliciosos, nada me duele más que ser así, nada me duele más que las palabras.
Cuidado, presta atención, a lo mejor mientras jadeo en el piso, la luna te haga un llamado, no la rechaces, no te apartes, atiéndela, que ella siempre me tendrá en letras para que puedas saber de mi y no de mi ausencia.
(Ha sido un placer volverte a ver, no vienes mucho por aquí y cuando lo haces disfruto de tu presencia, del olor que desprende la tierra a tu paso, del color gris que toman las calles, de ese cielo como entristecido y sus nubes apagadas que nos llenan de nostalgia, del sonido de tus gotas al chocar con el suelo).
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Inspiraciones: The Dream of the Dragonfly - Las Gotas de lluvia - Quiet - Un día cualquiera.
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