Una noche calurosa, húmeda, pero al tiempo sofocante. Sólo pensaba que tan real eran aquellos sentimientos y a que venia cada detalle programado en mi corazón para tal fin.
De repente pensé, pero no tuve respuesta alguna de cuál era mi propósito y mi cabeza viajo en la imaginación y en la ejecución de subjetividades que al final me di cuenta, parecian erradas y por cierto bastante confusas.
Salí al balcón, y solo pensaba que tan difícil era encontrar en este lugar una estrella fugaz, como aquella que vi una noche y creo inmensa felicidad, solo pensaba que deseaba ver una, una que brillara con intensidad, quizá contemplando su grandeza encontrara respuesta a tal cantidad de preguntas.
Camine a la derecha, camine a la izquierda, me senté y... empecé a desesperarme en el vacío que sentía mi corazón. ¿Porque todo es tan confuso en este momento?. Ya no poseo esa habilidad que me caracterizaba de olvidar, de seguir, de vivir. ¿Que me estaba pasando?. ¿Que me sucedía. Vi a mano derecha, allí estaba la luna, esa luna que ya no regalo, que no vuelvo a regalar, con su grandeza iluminaba mi lugar y de alguna manera me respondía que era lo que estaba pasando, que respuesta mas sabia la de aquella noche de luna.
¿Saben?, en algún momento pensé que era posible comprar alegrías vivir de fachadas, encontrar en lo efímero lo permanente, pero me di cuenta que no, que todo hacia parte de mi forma de pensar, de aquella distorsión que había causado tal amor en mi, de aquella visión del mundo que de la nada deformé, y estoy aquí... empapada en lagrimas de olvido y desilusión.
Que les puedo decir si los ángeles ya han bajado, y también me engañaron, si también dieron sonrisas y promesas y de nuevo se marcharon a su lecho, donde iniciaron esta travesía de desencanto. Heme aquí parada, sin sentir el suelo que estoy pisando, sin poder tocar lo que creo que está a mi lado, sin poder encontrar la tranquilidad espiritual... ¿pero porque tantas dudas?, es que no comprendo (suspiro).
Pienso.
Pienso..
Pienso...
Sigo pensando...
Oh si lo encontré, esto es...
Yo necesito de motivos, yo necesito ver las estrellas completas y no a medias. Yo quiero poder regalar una luna, arrancar una flor sin temor porque alguien ya la regaló. Llorar de alegría, no de tristeza, de desespero. Yo quiero poder subir escaleras al revés sin pensar que me caeré. Solo quiero pensar que llegaras en mi socorro y dirás dos palabras. Con eso aclararas el agua de tal río turbio que correo por mi destino. ¿Verdad que si lo harás? dame un si, pues yo tengo tu olor, siento tus manos, escucho tus palabras, veo tus ojos, pero y ¿donde se encuentra aquí en tierra la presencia de ese corazón que promete y promete?
Y todos dicen que es amor. Hasta yo lo he dicho, pero sera posible que mi duende de la suerte despierte y me ayude ya; que tu hada de los deseos te escuche lo que anhelas y me tenga en cuenta.
Solo avísame si puedo llegar al callejón donde siempre nos encontramos a ver las estrellas pasar, y podrás darme una respuesta a unas cuantas preguntas que tengo en cola, dime si podrás asistir a la cita que te da mi caminar, dime si estas dispuesto a cambiar y a continuar.
Piénsalo solo quiero llegar al callejón y tengo la esperanza de volver a ver las estrellas, la luna que no se regala y tu sonrisa sincera...
Quién no quiere pensar es un fanático; quien no puede pensar, es un idiota; quien no osa pensar es un cobarde. Por favor piensa, piensa de tal manera que no te conviertas ni en fanático ni en idiota, ni en cobarde, solo en el caminante que acompaña a una transeúnte.
Porque el mañana es inesperado y mientras pongo los pies en la tierra tu deberías llegar ahí, a sentir el aire correr por entre nuestras manos, rozando nuestros rostros, secando nuestros labios, tal sensación aún es indescriptible, esta noche de luna lo supe otra vez. Supe que creo en ti, como creo en lo que llaman amor, como creo en el deseo que le pedí al firmamento.
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