
Sobre una mesa de billar, yo contemplaba como corría el agua del riachuelo, hoy yo solo quería sentirme alegre por hipotéticamente tener un nuevo comienzo, pensaba en mil y un alternativas, pero increíblemente no optaba por ninguna todavía...
Todos corrían mientras yo regalaba una luna, mientras pronunciaba unas palabras de esperanza, y mientras sentía que un nuevo aliento invadía mi cuerpo, de un momento a otro mi mente se nubló, y yo solo tenia un nombre rondando en mi cabeza (si era el tuyo), no creo que te impresione pues siempre estas en mi mente...
Decidí analizar los motivos de mi pena, y busqué en mi corazón dolor, rabia, añoranza, abandono, pero no encontré nada de eso. De hecho, no encontré nada allí. Sólo vacío, soledad e increíblemente un poco de alegría (es que tu ausencia me hizo perder la batalla).
Aquel momento estaba lleno de sensaciones poco predecibles, intentaba pintar en mi rostro una leve sonrisa, que pudiera decirle a aquellos que me contemplaban que en realidad me sentía feliz, podía ver el color de la tierra, y sentir la leve humedad del lugar, podía escuchar su voz por medio de aquel teléfono y estaba cuerda para si quiera imaginar que a mi lado estaba.
Que sorpresa me llevé, cuando tuve que disfrazar mi rostro y me sentí falsa, él solo me repetía que anhelaba estar conmigo, y yo solo añoraba estar allí, a su lado sentada... empecé entonces a sentir el frío de la noche, y con ella la distancia que nos apartaba, pero él tenia una misión, descifrar unas cuantas palabras que estaban plasmadas con mi corazón en un papel y entender que en ese día un trozo más de mi esencia volaba en su respirar.
Mis pensamientos se desbordaban como el agua de ese riachuelo que seguía viendo, el rayo candente de la luz de la luna me apuntaba, los animales hacían ruidos sutiles y unas cuantas estrellas tenían arropado el cielo azul (esa noche era azul rey, no era negro y mucho menos gris), poco a poco lo sentía a mi lado, cerré mis ojos y sentí su aroma, combinado con una dosis de lagrimas de cera y dolores de corazón y ánimo genéricos y pronosticados.
Entonces con esa enfermedad que me atacaba desde hace mas o menos un mes, con una ausencia crónica y con pocas posibilidades de vida, me recordé a mi misma, después lo recordé a él, mas tarde recordé lo que era estar juntos y de nuevo esa sonrisa que brotó de mi alma, esa misma sonrisa que era sincera a su lado sin miedo la enfrasqué (es que sabia que no la volvería a ver en días... y no me equivocaba).
Allí enfrascada, ella solo susurraba: "¿Recuerdas que de niña no querías las mariposas, pero disfrutabas un jardín , ¿recuerdas como corrías por el prado y ponías margaritas en tu oreja?, ¿recuerdas ese abrazo de mamá que solo te daba tranquilidad?, ¿ahora logras verme en tu cara cuando papá te decía que eras su chiquita?, ¿puedes volver a ese primer beso que el te dio por intuición?, ¿y cuando te reconocieron la inteligencia y el talento propio?".
Pero ahora mi alma recorría todos esos momentos que ella me había hecho conmemorar, ahora con el pasar de las horas, solo era un gris amanecer, cuatro amores de hoy y de ayer... tu presencia, mi libro, un café y el amanecer.
Dejé salir a mi sonrisa y ella se postró en mi cara, le pronunció a la mañana una frase que decía "y a deshora, sale un sol alumbrando una esquina, y alegrándome el día... sabía que vendrías , el paisaje me cegó, era tan hermoso, era como tu y yo... dos suspiros, una sola plegaria a mi Dios, un tirón, jadeos y silencios. Y fin de la función.
El actor principal despierta con una sonrisa. Se levanta el telón. Y se apagan las luces. Es el fin de este drama, es el fin de este dolor.
Mis ya húmedos ojos dejaron escapar una lágrima más, una lágrima que rodó por mi mejilla hasta precipitarse de la barbilla hasta el suelo. No me limpié la cara, no me sequé las lágrimas, ya que borrar las huellas de mi rostro no borraría de igual manera el motivo de mi llanto.
Agarré mis viejos auriculares e hice sonar aquella música que me animaba. Ahora, cada acorde, cada letra, me recordaba lo que no tenía y me sumía en una tristeza aún más profunda.
Pero ya no podía aguantar más. Decidí que ya no continuaría con aquello.
¿Mi sonrisa me estaba hablando? pero... ¿yo tenía que confiar en ella?, que tal fuera una trampa porque solo deseaba salir.. .pensé y pensé un poco más, agarré mi libro y ella seguía susurrando palabras... ¡cállate!, le dije, ella se calló, se puso un poco triste (lo admito fui dura y despiadada).
El actor principal despierta con una sonrisa. Se levanta el telón. Y se apagan las luces. Es el fin de este drama, es el fin de este dolor.
No hay aplausos, ni llantos. Nada. Amanece un nuevo día y el sol se asoma tímidamente tras las rendijas de tus pestañas. Sol, que por primera vez me permite leer las letras que corren por tus arterias. Ojalá estuvieras aquí para poder ver el espectáculo de los cuatro amores que no me dejarán caer una vez más.
"Nunca sueño cuando duermo, sino cuando estoy despierto... mi eje, mi cura y mi lucidez, se pierden cuando te dejo pasar; que buena suerte el haber entendido que en mi camino debes estar".
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(Ella nació sin ver, y aunque poco a poco sus nuevos ojos se acostumbraron a la luz, no necesitó usarlos a lo largo de su vida más que en un par de ocasiones, las cuales no tienen ningún interés en esta historia.Desde pequeña fue una niña especial.)
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