
Había pasado la noche, y con ella habían llegado las sonrisas de la madrugada y los desenfrenos del hoy, yo me contemplaba y me creía feliz un día mas, un día mas sin aquél ser, empacaba mis mentiras con tal de que todas cupieran perfectamente en el equipaje de mi pasado y empacaba mis verdades no importaba si se escapaban unas cuantas de la mochila de mi alma.
Caminé un sábado por las enormes y desoladas calles con la sonrisa del frío a mi lado, el me estaba acariciando y me hacia sentir mujer cada que mis pezones resaltaban a su paso, y que mi piel se erizaba, no era de frío, era de delirio.
Esperé en compañía de él y yo sin tener un rumbo en la mirada solo pensaba quien merecía mi presencia o quien siquiera la anhelaba, entonces me pare, subí a un bus cualquiera y abandone aquella compañía para encontrarme con aquella cálida presencia de mi, sólo de mí.
Sonreí un par de veces, discutí otras cuantas, fue indiferente, un poco callada, con mi manos dibuje sobre la ventana empañada una frase que con sus pocas letras hizo que me abandonara, mi propia presencia me había abandonado... me quedé sola de nuevo en mi lamento, en mi ilusión, en mis suposiciones sin razones, ahí estaba yo, una vez mas en una mañana de Junio anhelando a mi amiga, la soledad.
Caminé un sábado por las enormes y desoladas calles con la sonrisa del frío a mi lado, el me estaba acariciando y me hacia sentir mujer cada que mis pezones resaltaban a su paso, y que mi piel se erizaba, no era de frío, era de delirio.
Esperé en compañía de él y yo sin tener un rumbo en la mirada solo pensaba quien merecía mi presencia o quien siquiera la anhelaba, entonces me pare, subí a un bus cualquiera y abandone aquella compañía para encontrarme con aquella cálida presencia de mi, sólo de mí.
Sonreí un par de veces, discutí otras cuantas, fue indiferente, un poco callada, con mi manos dibuje sobre la ventana empañada una frase que con sus pocas letras hizo que me abandonara, mi propia presencia me había abandonado... me quedé sola de nuevo en mi lamento, en mi ilusión, en mis suposiciones sin razones, ahí estaba yo, una vez mas en una mañana de Junio anhelando a mi amiga, la soledad.
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